LA HABANA, Cuba, 1 de abril de 2013, Pablo Méndez/www.cubanet.org.- El pasado viernes 29 de marzo se celebró un Estado de Sats sobre el recién concluido Clásico Mundial de Beisbol, en la sede de la calle 1ª entre 46 y 60, en la barriada capitalina de Miramar .
Sergio Girat, administrador del blog Grandes Ligas en Cuba, perteneciente a la plataforma Voces, hizo una breve introducción sobre los discretos resultados por los que atraviesa el equipo de béisbol cubano que participó en el certamen de las bolas y los strike, pasándole el micrófono al habitual moderador Antonio Rodiles, quien a su vez procedió a presentar al panel, integrado por Iván García, Leonardo Calvo y Luis Medina, periodistas y blogueros conocedores del tema.
Los comentarios se centraron en el declive de la calidad del principal pasatiempo nacional, aparejado al de otras disciplinas tales como el voleibol, atletismo y boxeo. No obstante, los panelistas coincidieron en que a pesar de no cumplimentarse los pronósticos de llegar a las semifinales de San Francisco, el equipo cubano realizó un buen papel, al alcanzar el 5º lugar. Asimismo, muchos de los presentes, consideraron que la selección nacional hubiera sido un fuerte candidato al trofeo, de incluirse en la nómina a peloteros cubanos contratados en la Grandes Ligas.
Reconocieron que República Dominicana y Puerto Rico se revelaron como potencias mundiales; también que la celebración del Clásico Mundial fue todo un éxito, a pesar de las trabas impuestas por algunas organizaciones del béisbol rentado y la supremacía europea en la estructura oficial del Comité Olímpico Internacional.
Como principales inconvenientes del deporte nacional, fueron enumeradas deficiencias tácticas-técnicas, puestas de manifiesto por la elevación del nivel de juego tras la entrada de profesionales en las lides, insuficiente alimentación de los atletas, pérdida de terrenos para practicar el deporte que -sólo en la ciudad de La Habana supera la cifra de 50-, elevados precios de implemento deportivos, ausencia de los mejores entrenadores en la primera línea y la decepción de peloteros por bajos incentivos, entre otros tantos dilemas.
La mayoría llegó a la conclusión de que el deporte de alto rendimiento demanda recursos que no están disponibles por la desastrosa gestión económica del régimen. Igualmente, todos advirtieron que de no producirse una apertura para que los talentos del deporte nacional firmen contratos en otras ligas, nuestra “pelota”, a pesar de sus 150 años de experiencia, activará su mecanismo de autodestrucción.
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