Finalmente, Billy Beane se ha convencido de que el Moneyball puro y crudo apenas da para llegar a los playoffs y despedirse en la primera ronda.
El gerente general de los Atléticos de Oakland, cuya imagen fue edulcorada por la película de Brad Pitt, parece cansado de nadar y nadar para morir en la orilla y esta vez se mueve de manera más agresiva.
Ahora mismo, los Atléticos exhiben una poderosísima rotación, quizás como ninguna otra en la Liga Americana, para encarar la postemporada y tratar de ganar la Serie Mundial.
Tras el canje que trajo desde Boston al zurdo Jon Lester, Bean cuenta con un staff abridor que incluye además a Sonny Gray, el renacido Scott Kazmir y los recién importados Jeff Samardzija y Jason Hammel, con Jesse Chávez como sexto hombre.
Pero como en cada intercambio se gana y se pierde, llega también el bravucón Jonny Gomes, cuya producción ofensiva es menos de la mitad de la del cubano Yoenis Céspedes, cedido a los Medias Rojas de Boston.
Para Céspedes, el canje debe haber sido doloroso, pues va del equipo con mejor récord en todas las mayores al sotanero de la división Este, sin ninguna oportunidad de llegar a octubre y aunque le tocaría anillo de campeón en caso de que los Atléticos ganaran la Serie Mundial, el sabor no es el mismo.
Pero eso es parte del negocio y a la larga, la mudada podría resultarle de gran beneficio, aunque ahora mismo el muchacho sienta que Billy Beane le haya metido una puñalada por la espalda.
En Fenway Park, dadas las características únicas del estadio, su producción de cuadrangulares podría dispararse notablemente por los 310 pies que separan el plato del Green Monster, con todo y la altura anormal de la pared.
A eso súmenle una buena cifra de dobletes para un bateador de poder, que hala la bola hacia su mano y debe pegar mucho en el farallón del jardín izquierdo.
Y defensivamente, difícilmente alguien se atreverá a correrle de tan cerca al líder en asistencia entre todos los jardineros de las Grandes Ligas.
Si sus números suben como se supone que pase, dadas las características del parque donde jugará la mitad de sus partidos, sus acciones se dispararán y es probable que en el 2015, si los Medias Rojas repiten su temporada de miserias, lo usen como ficha de cambio para un equipo que se encuentre enfrascado en la lucha por la postemporada.
Entonces, de la misma manera que esta vez se quedó fuera de los playoffs, regresaría por accidente la próxima campaña con otro uniforme.
Así se comporta este negocio y no parece que Céspedes vaya a echar raíces en Boston, a menos que el equipo tenga una recuperación como en el 2013, en que salió campeón después de haber sido último en la división en el 2012.
En el 2015 cumplirá el contrato de cuatro años que firmó con los Atléticos en el 2012 y sería elegible para arbitraje salarial, mientras que en el 2016 ya podría convertirse en agente libre.
Por lo pronto, valdrá la pena disfrutar ven el tándem que formará con el dominicano David Ortiz, quizás una de las pocas atracciones que le quedan a los Medias Rojas para ofrecer esta campaña. Ya el tiempo se encargará de lo demás.

Publicado en ESPNdeportes.com
por Jorge Morejón.