El cubano José Iglesias ha sido una de las sorpresas más agradables de la temporada del 2013 en las Grandes Ligas.
“Candelita”, cuyo apodo le viene por su padre Candelario Iglesias, estaba destinado a llegar de una u otra manera a los playoffs.
Empezó la temporada con los Medias Rojas de Boston, donde se ganó un puesto como antesalista, una posición que nunca antes había jugado.
Pero el 30 de julio fue parte de un canje que involucró también a los Medias Blancas de Chicago y lo envió a él hasta los Tigres de Detroit.
En Detroit recuperó su posición original del campocorto y deslumbró a la fanaticada con sus acrobáticas jugadas que han servido para cimentar la fama que ya traía de gran fildeador.
“Creo que ha sido una temporada excelente, tanto en mi etapa en Boston, como esta en Detroit y pienso que he madurado mucho como atleta”, dijo Iglesias al terminar el primer juego de la serie de tres con la que los Tigres concluyen el calendario regular ante los Marlins de Miami.
Pero a punto de terminar la campaña, Iglesias exhibe un robusto e inesperado promedio de .306, lo cual ha sido sorpresivo para todos los entendidos.
“Trabajé muy duro en la parte ofensiva durante el invierno con el coach de Miami Leo Posada (tío del ex catcher de los Yankees Jorge Posada), quien me dio muchos consejos para mejorar el bateo y con quien me mantengo en comunicación constante”, cuenta Iglesias.
En 107 juegos, el cubano suma 106 imparables, de ellos 16 dobletes, dos triples y tres jonrones, con un porciento de embasamiento de .353.
¿Es esto desde el punto de vista ofensivo lo que podemos esperar siempre de José Iglesias?
“Los resultados no puedo controlarlos. Controlo mi esfuerzo, controlo mis turnos al bate, pero los resultados no dependen totalmente de mí. De todos modos espero que sí, que así sea con el favor de Dios”.
Sobre su adaptación a los Tigres, aseguró estar feliz por el ambiente que se respira en el clubhouse y espera que el equipo llegue bien lejos en esta postemporada que se avecina. Iglesias tuvo palabras de elogio para el venezolano Omar Infante, con quien forma mancuerna alrededor del segundo cojín.
“Infante es un gran compañero, sabe muy bien cómo jugar la segunda base. Ha estado ya varios años en las Grandes Ligas y me divierto mucho con él en el terreno”, dijo el cubano, cuyo nombre se menciona con fuerza entre los mejores novatos de la Liga Americana.
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