miércoles, 15 de febrero de 2017

El equipo fantasma


"Intrigante. Hay una vieja pregunta que carece de respuesta precisa, deslizándose hacia lo especulativo: ¿Cuántos cubanos hubieran aterrizado en las Grandes Ligas en las últimas décadas, de no haber sido cortado el cordón umbilical del beisbol profesional en la isla? Obviamente, nadie lo sabe, pero es inevitable entrar en consideraciones mientras barajamos nombres de peloteros impactantes en el sector aficionado.
Por: Edgard Tijerino 13 Febrero 2017
Para evitar enredos en la estructuración de un “All Star cubano” de aquellos tiempos, con peloteros que podían ser etiquetados como futuros big leaguers, previos a los desertores que se abrieron paso hasta convencer y establecerse, tratemos de enfocarnos en lo que vimos. Luego, agreguen ustedes los nombres que consideren viables.
ANTONIO MUÑOZ. Lo coloco –tomando ciertos riesgos- sobre Agustín Marquetti en la primera base. Bateador de impresionante poder y buen desempeño, el llamado “Gigante del Escambray”, pulido en los niveles de mayor exigencia, hubiera podido ser una aproximación de Canseco en poder, quizá con mejor dominio de la zona de strike.
ANTONIO PACHECO. En Atlanta, el columnista Dave Kindred escribió sobre Pacheco: “Este el segunda base que los Bravos necesitan”. Es dificil valorarlo mas alto que Félix Issasi a quien tantos equipos de Grandes Ligas pretendieron firmar en el inicio de los años 70, pero su agresividad y fuerza con el bate en momentos de mayor competitividad, su versatilidad y crecimiento bajo presión, lo habrían convertido en un pelotero de Juego de Estrellas.
GERMÁN MESA. En una tierra de grandes paracortos como Willie Miranda, Joe Valdivieso, Zoilo Versalles, Leonardo Cárdenas, Dagoberto Campaneris y otros hasta llegar a Rodolfo Puente y Rey Ordóñez, lo mejor que vi en el campo corto de una Selección antillana, es Germán Mesa. Lució fabuloso durante los Panamericanos del 91. Fue sencillamente increíble fildeando, y pese a su pequeña estatura, era un bateador altamente peligroso. Hubiera sido un autentico estrella “allá”.
OMAR LINARES. ¡Qué antesalista señores!, pero ¿qué hacemos con Cheíto Rodríguez? Fue grandioso, aunque no tanto como Linares. Desde que vimos al joven Omar en la Copa del 85 en Edmonton, deslumbró y continuó espectacularmente hasta que no tenía “mas allá” como amateur. Dicen que le ofrecieron un cheque en blanco. Opacó a Robin Ventura, y todos los terceras bases norteamericanos que llegaron a las Mayores y admitieron comparación con él en diferentes torneos. ¿Qué se piensa? Que hubiera sido un 40-40-300.
¿QUIÉN CATCHER? En los 70, un veterano Lázaro Pérez, fue el maestro de la posición y un bateador de respeto.
Mas adelante, Pedro Medina fue sólido como bateador, pero no mascoteaba con la efectividad necesaria. El mejor en la defensa y manejo de lanzadores fue Juan Castro, y alguién considerado con etiqueta de big leaguer si hubiera sido firmado a tiempo, es Pedro Luis Rodríguez. En una dificil posición, cada vez con menos pretendientes, Pedro Luis podría ser el hombre de la máscara en el line up de este equipo fantasma.
EN LOS BOSQUES. Vamos a ser un poco arbitrarios para garantizar a tres hombres: Wilfredo Sánchez por la izquierda, Víctor Meza como central y Luis Giraldo Casanova por la derecha. Los tres hubieran ascendido al estrellato en las mayores. Cierto, hemos desplazado a los Capiró, Rosique, y tantos más en posiciones de tanta preferencia en Cuba, con capacidad para seguir las huellas trazadas por hombres como Orestes Miñoso y Tony Oliva.
BATEADOR DESIGNADO. No podemos organizar un “All Star cubano” de aquellos tiempos, sin Orestes Kidelán. Sería imperdonable, y la opción de Bateador Designado, permite disponer de un espacio para semejante matador de pitcheres. Claro que hubiese jugado en las mayores y construido una consistente reputación.
EL PITCHEO. Liván Hernández primero y “El Duque” Hernández después, nos facilitaron una idea clara de lo que el pitcheo cubano de esos tiempos, podía ofrecer en la Gran Carpa. Ellos demostraron que José Antonio Huelga, Baudilio Vinnent, Jorge Luis Valdez, Lázaro Valle y Rogelio García, por citar apenas cinco brazos, se hubieran establecido, así como los relevistas Omar Ajete y Euclides Rojas. Hay mucho que discutir por supuesto, y ahí tienen las cartas sobre la mesa. Junténlas y barajénlas.

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