Por: Francys Romero 28 marzo, 2016
Muchos jugadores de béisbol salen de Cuba con la mente fija en poder firmar contratos con organizaciones de Grandes Ligas. En 2015, OnCuba listó más de 150 jugadores salidos del país. La edad promedio de esta oleada de beisbolistas no supera los 24 años. Es decir, la diáspora migratoria se manifiesta, sobre todo, en atletas muy jóvenes.
Pero emigrar no significa firmar o ser contratado por un equipo.
La ausencia del suficiente talento para ser captado no es el único factor determinante de un fracaso en el sueño. También están las condiciones del país donde emigran y los agentes que te representan.
“Es súper complicado alcanzar un contrato. La mayoría de nosotros salimos de Cuba engañados, pensando que eso es fácil, que cualquiera lo puede lograr, pero la realidad es otra bien distinta”, comenta Mario Ibáñez ex-lanzador de Santiago de Cuba.
“Conozco bien el problema y todo lo que lo define son las herramientas. Si las posees no habrá papeles que no se consigan, ni faltará dinero en tu preparación para llevarte a la forma deportiva requerida. Creo que si un 30% de estos jugadores poseen como mínimo 4 herramientas serán firmados sin problemas”, señala el receptor holguinero Ernesto Martínez, quien ha hecho carrera en el béisbol francés y participó en el Pre-Clásico clasificatorio con Francia junto a su hijo, el prospecto Ernesto Martínez Jr.
Peloteros que no venían de Cuba con un gran historial como Roenis Elias, Henry Urrutia consiguieron firmar contratos con franquicias norteamericanas y luego llegar a MLB.
“Muchos jugadores se desesperan en venir para acá. Otros han venido sin las condiciones desde Cuba, porque en Cuba hay talentos que no tienen muchas oportunidades allá pero vienen y firman rápido. Otra parte que no tiene talento vienen para aquí a probar suerte. Aquí están exigiendo mucho que el cubano que venga tiene que tener más de cinco Series Nacionales jugadas y números”, señala el lanzador tunero Dael Mejías.
Al parecer, gozar de una aceptable hoja de experiencia en Cuba y tener buena representación de agentes agiliza el arduo proceso que significa ser contratado por algún equipo. En Dominicana existen más de 100 cubanos sin equipo y entrenando cada día con la esperanza de ver salir el sol.
“Las cosas se me han complicado un poco pero espero que para estos meses ya poder firmar” expresó Yunier Leyva, ex-lanzador de Cienfuegos.
El factor suerte puede contribuir en esencia a la solución del problema. Pero la naturaleza de este elemento reside en partes aprovechadas del negocio entre los agentes y los jugadores, donde generalmente salen perjudicados los atletas.
“Primero tienes que caer en buenas manos con gente que sepan trabajar, que se preocupen por el pelotero y segundo el factor suerte. He conocido a muchos peloteros con una calidad increíble y los he visto en plenitud de forma y ni siquiera consiguen firmar. Eso y otras cosas que si me pondría a explicarte nunca acabaríamos. Mira el mismo caso de Leris (Aguilera), de (Adriel) Labrada, de Jorge Despaigne, esos son peloteros que están súper bien y la suerte no los acompaña”, acota Ibáñez.
La posibilidad abierta por las recientes medidas de Obama de la futura contratación de peloteros cubanos en Estados Unidos, sin necesidad de abandonar definitivamente el país, pudiera ayudar a bajar las urgencias y las salidas precipitadas de tanto talento. También un mayor conocimiento del terreno a donde se lanzan, no siempre el más fructífero; podría ayudarle a tomar mejores decisiones.
Como siempre, el éxito de unos cuantos inspira a muchos más. La emigración es un hecho y sus causas, por ahora, insolubles.
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