Corren tiempos difíciles para la narración
deportiva cubana. Si hace unos años exigíamos a veces en silencio, y otras a
viva voz el necesitado cambio generacional que necesitaban nuestros medios,
hoy la triste realidad que encabeza usted, nos obliga a quitarnos
el sombrero ante el recuerdo de los que ya no están.
Rodolfito, y me atrevo a llamarte así,
pues sin dudas forma parte del estilo del que gustas de convocar a
algunos, ya sean atletas o colegas. Es hora de que te enfoques en narrar,
comentar y ser objetivo. Deja a un lado el
nos gusta, el les digo y enriquece un poco más tu lenguaje.
Conozco de tu formación autodidacta, tal vez por eso tus limitaciones cada vez
te sepultan más en el sentir de la población. Recuerdo que hace poco conversaba
con algunas personas que te acompañaron en tus inicios en la COCO y todos
coincidieron en algo, siempre se supo que eras un oportunista, que ataviabas tu
mediocridad en discursos patéticos y falsa amistad.
Pero bueno más no se te puede pedir, no
eres más que el reflejo de tu formación como persona, así que tranquilo, en ese
aspecto ya no tienes solución.
En lo que si puedes mejorar además de lo
expuesto en algunas de las líneas que encabezan esta declaración, es en mejorar
tu aspecto frente a las cámaras. Amigo es válido abotonarse la camisa,
colocarse los espejuelos como debe hacerse ante las cámaras y por
supuesto peinarte los escasos cabellos que acompañan tu genial testa. Todo eso
podrías escoltarlo con algo de modestia y humildad, alejando de tu dramática
lengua ese absolutismo en tus disertaciones, como si poseyeras el total dominio
de la verdad. Rodolfazo infinitas son tus pifias, claro todos somos humanos y
no estamos exentos de errar, pero las tuyas son monumentales. Muchos le
achacan a Marcial y Campuzano un sinnúmero de desatinos, más los tuyos, y
por favor apela a tu memoria, o al criterio de las personas en la calle,
olvidando a tus amigotes y familiares, para quienes de seguro eres
el mejor de todos los tiempos, no solo por tu voz rasgada y adjetivaciones sin
sentido, para que te percates de lo mucho que has involucionado.
Muchachón y creo que te llevo bien, pues
de eso tienes poco, ya que te delata tu ¿portentoso rostro?, además de tu
flácida papada, puedes hacer el intento por mejorar tus programas. Ya basta de
invitar al Duro y sin Guante, o perdón a una noche con muchachón García a
ignorantes dinosaurios, y me refiero a Roberto Pacheco, cuyo criterio
está subordinado al interés propio o de otros, a tu amigo de batería Inmodesto
Agüero, más enfocado en nunca rebatirte y pendiente del próximo viaje, o a tu
vecino Yoel García, quien pregona infinidad de ideas, que substrae de
técnicos y colegas, asumiendo como propias, eso sin olvidar su
especialidad como carpintero, donde con el serrucho hace maravillas.
, perdón por haberte dejado a un lado y
dedicarles unas palabras a tus colegas. Ya estoy contigo de nuevo, te
decía que a tu show puedes invitar a otros profesionales y especialistas
cuyos rostros y criterios no conocemos por tu lamentable absolutismo. Ya basta
de pregonar en las trasmisiones sobre las atenciones que recibes en
determinadas provincias, aclaro, que conocemos que haces énfasis solo
cuando te obsequian algo, y tú les tributas a través de las cámaras un abrazón.
Hermanazo, y por enésima vez perdóname
por usurpar tus sabias palabras, conságrate a la verdadera narración y
comentario deportivo, aún no es tarde para maquillar algo tu tristes
demostraciones. Casi lo olvidaba, nada describe mejor tu personalidad,
que aquella narración en el Tercer Clásico Mundial, cuando más se necesitaba de
análisis y concentración, Cuba se jugaba su pase a la siguiente ronda y tú
dedicabas la todavía no lograda victoria, al aniversario de unos de los frentes
rebeldes. Sin duda tu genial movida la envidiaría el mismísimo Capablanca,
pero tú como perro viejo en los menesteres del chicharronerismo, intuías
que algunos jerarcas estarían en sintonía y que mejor momento para expresar lo
que tus actos no reflejan, al final lloriqueaste y pataleaste como muchos de
nosotros, solo que los de acá sintieron la derrota, tu sollozaste al
apreciar cómo se te escurrían de las manos los efectos electrodomésticos
y pacotillas que inundan las tiendas del imperio.
Rodolfo, estoy seguro tu patética mente te
hará pensar que todo esto es producto de la envidia o no se qué argumento
esgrimirás para decir que no di la cara, pero que triste de tu parte Yo no soy
más que el rostro del pueblo. Ojala alguien con el suficiente poder se detenga
algún día a monitorearte, estoy seguro que al instante recibirías una llamada
que diría Vuela Rodolfo se va volando, todos incluyéndome, festejaríamos ese
jonrón que sin dudas sería lapidario.
deportivasmlb@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario