Hoy en día, la «blogosfera
cubana -este espacio digital donde los cubanos pueden expresarse libremente, al
amparo de la censura- representa la cuarta fuente de información sobre el país,
después de los medios oficiales, de la prensa alternativa y de los
corresponsales extranjeros acreditados en Cuba.
Sin embargo, todavía hoy es
muy difícil para los cubanos conectarse a la Web y acceder a las páginas
publicadas por esta nueva generación de blogueros. Además, el gobierno controla
estrictamente todo lo relacionado con las conexiones y los contenidos considerados
como subversivos. Desde su aparición en la Isla, Internet fue efectivamente
víctima de una fuerte censura y es tan vigilado como la prensa escrita, la
radio y la televisión. El régimen tiene el monopolio de todos los medios de
comunicación a través de diferentes ministerios, instituciones y
organizaciones.
En efecto, Internet
apareció en Cuba en 1997 y el mismo año se creó el Centro Nacional de
Intercambio Automatizado de Información (CENIAI), que fue el primer proveedor
de servicio Web en Cuba. Actualmente, el único proveedor es la empresa ETECSA,
que pertenece al gobierno, que controla pues a todas las personas que quieren
acceder al servicio. Muy pocas obtienen autorizaciones y éstas pueden ser
revocadas. La mayoría de las personas que tienen cuentas de acceso las
comparten con amigos y familiares (a veces unos veinte individuos). En un país
donde todo se vende o se compra, estas cuentas también se venden en el mercado
negro. Al final son decenas de personas las que acceden a Internet mediante una
misma autorización de conexión. No obstante, la utilización ilegal de Internet
puede costar cinco años de cárcel.
En 2008 el gobierno
autorizó la compra de ordenadores, de accesorios informáticos y de teléfonos
móviles y le permitió a la población acceder a Internet desde los hoteles. Sin
embargo no se puede adquirir una computadora sin autorización oficial. Se
realiza una discriminación ideológica abierta y una discriminación económica
más sutil: una computadora cuesta unos 600 CUC y el salario medio de un cubano
es de menos de 20 CUC al mes. Los precios también son prohibitivos en el
mercado negro (alrededor de 400 CUC), donde las computadoras se suelen vender
por piezas sueltas. Concretamente, muy pocos cubanos tienen una computadora en
casa.
Además, en Cuba existen dos
redes distintas: la red nacional (o intranet) que sólo permite conectarse a
sitios gubernamentales, una enciclopedia y documentos educativos, páginas de
órganos de prensa oficiales y de diferentes organizaciones culturales y de
masas (UNEAC, UPEC, UJC, etc.), blogs oficialistas cubanos, sitios Web
pro-revolucionarios y a un servicio de correo electrónico (en «.cu»). La
conexión es disponible en cibercafés (Correos de Cuba) y cuesta alrededor de 1
CUC por hora. La red internacional da acceso a la Web mundial, pero ciertas
páginas están sometidas a la censura y no se pueden ver desde Cuba. No se puede
acceder a portales como Yahoo! o Google a causa del embargo norteamericano.
Portales como MSN o Hotmail están censurados desde 2007 y no se pueden abrir
desde Cuba. Esta conexión internacional es muy cara: 4,5 CUC en los Correos de
Cuba y 6 en los hoteles, o sea casi el tercio del sueldo medio de un cubano.
Las tarjetas pre-pagadas que se venden en los hoteles se compran en divisas,
una moneda más o menos veinticinco veces más fuerte que el peso cubano en el
que se pagan los salarios de los cubanos. Entonces, pocos cubanos pueden
utilizar este servicio, demasiado costoso. Una vez más las restricciones son
técnicas y económicas y permiten limitar las conexiones y la posibilidad para
el pueblo cubano de abrirse al mundo, a la actualidad nacional e internacional
cuya mayor parte nunca llega hasta Cuba.
El gobierno vigila las
conexiones mediante la obligación de conectarse desde puntos de acceso públicos.
Cada usuario de un cibercafé tiene que dar sus apellidos y nombre, así como su
dirección para poder conectarse. Cada internauta es vigilado y se sabe siempre
quién se conectó y cuándo. También se crearon medidas para vigilar el contenido
de las conexiones: existen mensajes de alerta que aparecen en la pantalla
cuando se inscriben palabras «subversivas» en correos electrónicos o
servidores. La página abierta se cierra automáticamente cuando se escriben
tales palabras o si estas palabras están inscritas en un e-mail ya recibido.
Así, las autoridades impiden a toda persona potencialmente
«contrarrevolucionaria» recibir o buscar informaciones no conformes con la
ideología oficial. Legalmente, todos los textos puestos en línea por los
cubanos tienen que ser controlados y sometidos a censores antes de ser
publicados. En efecto, todo documento o texto tiene que ser aprobado por el
Registro Nacional de Publicación en Serie (Resolución 59/1999) antes de poder
aparecer (o no) en la Web.
Con todas esas
restricciones, hasta 2011, Cuba era uno de los países del mundo que tenía más
retraso en lo que se refiere a Internet. En efecto, la Isla recibía el servicio
por satélite puesto que el embargo americano le impide conectarse a la red
mundial de cables ópticos. Esto explica la lentitud de las conexiones que
demoraban a veces decenas de minutos en cargar una página o una foto. Ese año,
Venezuela permitió a Cuba, Trinidad y Tobago, Haití y Jamaica recibir Internet
mediante cables de fibra óptica, y así acceder a una red más sofisticada y
rápida. En la Isla, sólo el 11,5 % de la población tenía acceso a Internet en
2008 y el 13 % en 2009, o sea menos de 1.500.000 cubanos para una población
interior de más de 11.300.000 habitantes. Es el índice más bajo de América
Latina. El gobierno justifica estas cifras por la mala conexión antes de la
llegada de la fibra óptica hacia la Isla. Sin embargo, la conexión por satélite
justifica la lentitud, pero no las restricciones ni la censura. Además, las
cifras corresponden al acceso a la intranet cubana y sólo el 2,1% de la
población pudo conectarse a la Web mundial en 2008[1]. En 2012, 2.700.000
cubanos pudieron conectarse a la Web (mundial, pero sobre todo nacional) y en
2013 más de 100.000 abrieron una cuenta Internet en los nuevos espacios
públicos de navegación creados a mediados de ese año, según la Oficina Nacional
de Estadísticas.
No obstante, a pesar de los
precios prohibitivos, la llegada de Internet a Cuba ofreció a los cubanos
nuevos medios de expresión y de comunicación. Muchos jóvenes encontraron en los
blogs nuevas vías para expresar sus dudas y sueños, sus observaciones y sus
miedos. Empezaron a publicar textos en línea y permitieron al mundo acceder a
las interrogaciones y las constataciones de cubanos que no reflejan siempre las
imágenes vinculadas por los medios oficiales. Los blogs independientes ilustran
en su mayoría el desfase que existe entre la visión de la sociedad transmitida
por el gobierno y la realidad a la que están confrontados muchos cubanos.
Generalmente, no son blogs políticos ni partidarios, sólo representan una
especie de cuaderno de bitácora de temas (personales o de actualidad) que
inspiran a hombres y mujeres a diario y ofrecen una ventana abierta hacia una
realidad cubana que poco se conoce en el exterior de la Isla. Estas bitácoras
permiten también a los (pocos) cubanos que pueden leerlas ver que personas como
ellos intentan hacer evolucionar -quizás cambiar- el sistema en el que viven y
que les parece cada día más incoherente. Generalmente los blogueros tratan de
mantener una distancia tanto con el régimen, como con la disidencia. Aunque
muchos emiten críticas hacia el sistema y ofrecen otra cara de la realidad,
muchos no se definen como opositores: sólo piden cambios y dinamismo por parte
del gobierno. Son blogueros independientes -en la medida en que se expresan
libremente, sin estar sometidos a ninguna censura gubernamental-, no opositores
al gobierno. Sin embargo, representan otra vía, otras voces cubanas que poco a
poco salen de la inercia.
Los primeros blogs
independientes aparecieron en 2007. La mayoría de las personas que publicaban
artículos críticos respecto al funcionamiento de la sociedad cubana, utilizaban
seudónimos. Con el tiempo, algunos empezaron a firmar sus artículos con su
nombre, a iniciativa de Yoani Sánchez, la famosa bloguera que abrió su blog
«Generación Y» en abril de 2007. Según Manuel Vázquez Portal existe un estrecho
vínculo entre el periodismo libre y la nueva generación de blogueros.
Efectivamente, éstos son la prolongación moderna, callejera de los periodistas
independientes. Esta evolución se hizo a raíz de la llegada de Internet hacia
ciertos ciudadanos cubanos que deseaban compartir sus reflexiones. Hoy no sólo
los periodistas y la oposición denuncian la otra cara de la realidad
socialista, sino también los cubanos de a pie. Los blogueros proceden de
diferentes profesiones: son profesores, estudiantes, artistas o fotógrafos. La
mayor parte de ellos viven en La Habana, donde es más fácil acceder a la Web
que en las provincias. Los primeros en publicar textos se conectaban en los
Correos de Cuba o en universidades, y a partir de 2008 empezaron a ir a los
hoteles para acceder a Internet. Ciertas embajadas abren también sus puertas a
los blogueros, pero muchos se niegan a aceptar la oferta porque no quieren que
sea interpretado como una vinculación con la oposición. Los blogueros que
tienen un ordenador en casa escriben sus textos en su computadora y los graban
en memorias flash antes de ponerlos en línea desde Correos u hoteles. La
mayoría de ellos envía los artículos por e-mail a personas que viven fuera de
la Isla y que luego los cuelgan en Internet.
Todos los blogs cubanos son
accesibles a los internautas que viven en la Isla. El gobierno no los censura.
Sin embargo, como muy pocos ciudadanos tienen la posibilidad de conectarse, las
autoridades saben que, de momento, los blogs no tienen un impacto demasiado
importante en la población para representar una amenaza real. La presión
ejercida por la comunidad internacional desde la adopción de la Posición Común
Europea y la Primavera Negra tiene también sus efectos. El régimen sabe que si
quiere salir del callejón sin salida económico en el que está, no puede
permitirse nuevos arrestos masivos y nuevas sanciones. En efecto, hoy en día,
algunos blogueros gozan de cierta fama internacional puesto que la gran mayoría
de sus lectores no vive en Cuba. Sin embargo, algunos son víctimas de cierto
acoso por parte de la policía política o de organizaciones de masas: el
objetivo es conducirles a abandonar sus actividades, frenar el desarrollo del
fenómeno y detener lo más posible la apertura de Cuba hacia el resto del mundo.
Viven con una espada de Damocles encima porque la publicación digital de un
artículo juzgado «contrarrevolucionario» puede conducir a una pena de veinte
años de privación de libertad. El gobierno, para no dejarse adelantar por las
nuevas tecnologías, incitó a la creación de páginas personales de cubanos
revolucionarios. Entonces, muchos periodistas oficiales publican también en
blogs personales. Internet se volvió el nuevo caballo de batalla de las
autoridades.
A pesar de todo, existen
actualmente más de un centenar de blogueros a través de la Isla: son la prueba
de que, aunque el gobierno intenta limitar los cambios en el seno de la
sociedad, Cuba está poco a poco entrando en el siglo XXI. Entre los más
destacados podemos citar: Yoani Sánchez que escribe en «Generación Y», Reinaldo
Escobar que publica sus artículos en «Desde aquí», y Caudia Cadelo, que
alimentó con sus reflexiones una página titulada «Octavo Cerco» hasta 2011. Los
recorridos de estos tres blogueros alternativos pertenecientes a tres generaciones
diferentes son bastante distintos:
·
Yoani Sánchez, procedente del medio
universitario se desilusionó del sistema de manera progresiva a partir de
finales de la década del noventa, al ver el estricto control ejercido por las
autoridades revolucionarias en el seno de la Universidad cubana. Tuvo además la
posibilidad de vivir unos años en Suiza y de conocer lo que es la realidad
fuera de Cuba. Cuando regresó a la Isla ya no creía más en el modelo
revolucionario y empezó a fomentar actividades culturales alternativas antes de
crear su blog en 2007 y la Academia Blogger en 2009.
·
La trayectoria de Reinaldo Escobar se parece
a la de los periodistas independientes de la primera generación, ya que fue
primero periodista oficial antes de entrar en disidencia a finales de los años
ochenta (poco antes del Periodo Especial, en momentos en que el modelo
revolucionario empezaba a entrar en crisis) y de integrarse a la prensa
independiente. En 2007 creó su propia página Internet para poder difundir sus
producciones periodísticas.
·
Por su parte, Claudia Cadelo, la más joven,
perdió sus ilusiones revolucionarias al principio de la adolescencia, en pleno
Periodo Especial. Pero hasta 2008 no sabía que existía en el país un movimiento
disidente, lo que ilustra la división social que existe en Cuba y la casi
impermeabilidad de los dos ámbitos, ya que el régimen hace todo lo posible para
esconder la existencia de la oposición interna y silenciarla. Rápidamente
Claudia Cadelo decidió abrir una bitácora digital para poder compartir sus
dudas y sus miedos, su visión de la realidad cubana.
Estas trayectorias
diferentes y variadas ilustran la diversidad que existe en el seno del
movimiento bloguero. Cubanos de edades y horizontes distintos alzan hoy su voz
para tratar de sus experiencias y de SU Cuba. Ningún estrato social escapa a la
desilusión y, si muchos proceden del medio intelectual o cultural y fueron
antes revolucionarios antes de distanciarse del sistema, no existen
«paradigmas» de blogueros. El único punto en común que todos comparten es la
voluntad de escribir sobre la otra Cuba, la que se esconde detrás de las
consignas revolucionarias y de las informaciones oficiales.
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