LUNES, 15 DE FEBRERO DE 2016
Paciencia nos ha sobrado, inclusive algunos les dieron el beneficio de la duda a los encargados del Salón de la Fama del beisbol cubano, pero ya es demasiado. Los niveles de irrespetuosidad han llegado a ser vergonzosos y la evidencia es suficiente para asumir esta, como otra derrota del deporte nacional ante la incapacidad de sus directivos.
Para los que están ajenos al tema un mini preámbulo:
El Salón de la Fama del beisbol cubano reabrió sus puertas en diciembre del 2014, con la elección de 10 nuevos miembros.
Meses después el INDER se apropió del proyecto, que había sido creado por un grupo de entusiastas y el renacimiento, que ya venía herido, terminó por firma su sentencia.
Entonces el pasado diciembre del 2015 se efectuó la votación correspondiente, pero aún no se ha dado a conocer, dos meses después, los resultados de la misma.
¿La razón?
Muy simple, Antonio Pacheco, el otrora estandarte de la pelota cubana y ahora emigrante en los Estados Unidos y entrenador de ligas menores de los Yankees de Nueva York, está en fila para ser elegido miembro del mismo y en Cuba no saben qué hacer con eso.
Vamos a dejar algo muy claro:
No hay manera razonable alguna que impida que Antonio Pacheco sea elegido miembro del Salón de la Fama en la Clase del 2016.
El segunda base santiaguero y de los equipos Cuba, tranquilamente pudo haber sido seleccionado en la primera ceremonia, pero sucumbió a los nombres de Omar Linares, Luis Giraldo Casanova, Braudilio Vinent, Orestes Kindelán y Antonio Muñoz.
Aunque en lo personal creo que Pacheco fue mejor pelotero que Kindelan y Muñoz (fíjense que digo mejor, pues opino que fue mucho más completo que ellos dos), puede ser que los privilegiados para impartir el voto tengan un criterio distinto al mío y la verdad es que el quinteto seleccionado es de lujo.
¿Pero en su segundo año de elegibilidad?
Unánime me atrevería a decir, no queda ningún pelotero que pueda hacerlo sombra a Pacheco y si alguno pudiera competir es Víctor Mesa…Pedro Luis Lazo quizás.
Entonces está la realidad oculta del asunto.
Según aclaró el colega y amigo Yasel Porto en entrevista cedida a SwingCompleto, nadie ha interferido en la democracia de la votación y aunque creemos en la palabra de Porto, ¿Cuánta presión tienen a la hora de votar los del tribunal, después de tanto esfuerzo por hacer renacer el Salón de la Fama? Conociendo que los hilos del gobierno están detrás de cada movimiento en la isla, en especial del beisbol, creemos que la presión es enorme.
Algunos votantes pudieran entender que no es el momento para elegir al ‘Capitán’ e intentando ‘salvar’ el Salón, dejarlo para cuando la marea haya bajado.
Pero todo esto es subjetivo, pues aún no se conoce el resultado de la votación y allí está el otro problema.
Y es que el periodista del semanario Trabajadores, Joel García, se las dio de transparente el pasado 11 de enero y declaró que:
Y si hablamos de nombres gloriosos, se impone referirnos a la venidera exaltación al Salón de la Fama. Como parte del Tribunal de Selección e integrante de la comisión especializada de cronistas e historiadores del béisbol puedo informar que el atraso en el cronograma para dar a conocer los nombres de los exaltados —estaba previsto para diciembre— ha sido porque algunos no realizamos la votación final en la primera convocatoria por encontrarnos fuera de la capital en otros trabajos.
Esta semana (del 11 al 17 de enero) debe cumplirse el procedimiento establecido, que lejos de cualquier formalidad implica mucha seriedad.
Pues señor García le pido que si realmente camina en la acera de los que creemos que el procedimiento implica mucha seriedad, haga su trabajo como votante, parte del tribunal y sobre todo periodista y termine este asunto de una vez y por todas.
De igual manera tienen un problema que no sabrán manejar, entiéndanlo de una vez.
Si Pacheco sale elegido, pues Cuba va a hacer público que un hombre que abandonó el país por un futuro mejor, también puede ser aplaudido y recordado en la isla.
Y si Pacheco no sale elegido entonces será un escándalo de proporciones épicas, que cuestionaran la democracia y la objetividad del Tribunal de Selección.
No escondan más la verdad, por favor.
El Salón de la Fama no es del INDER, ni de la Federación, ni de la Comisión, ni del gobierno.
El Salón de la Fama es del beisbol, deporte nacional que nada tiene que ver con doctrinas.
El Salón de la Fama es de los fanáticos y de los atletas.
El Salón de la Fama es del pueblo y su historia.
El Salón de la Fama es de nosotros, los que amamos el beisbol.
El Salón de la Fama es de Cuba, la que vive en la isla, la que vive en Miami, la que vive en el mundo entero.
El Salón de la Fama es un recinto sagrado y no la marioneta que proyecta quienes deciden por él.
Los menos que merece nuestro Salón de la Fama es respeto, integridad y vergüenza.
¿Podrán brindárselo?
Sin más por ahora,
Daniel de Malas Andreu
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