Si millones de cubanos contemplaron esperanzados el izamiento de la bandera cubana en Washington, una familia por encima de todas encontró motivos de esperanza en el porvenir: la de los Gourriel.
Mientras Lourdes Gourriel padre retornó el 19 de este mes a Norteamérica por segunda vez en lo que va de año -actualmente se encuentra en Canadá junto a su hijo mayor, Yuniesky- en La Habana el del medio, Yulieski, espera por un debate que no acaba de tener una salida clara.
Según una fuente que ha tenido cierto contacto con miembros de la familia, el caso de la salida de Yulieski a un tercer país para establecer residencia se ha complicado por dos elementos: una discusión interna entre las autoridades cubanas y la atadura del menor, Lourdes Jr. por su contrato profesional en Japón.
"Por lo que he podido conocer, parte de las autoridades quieren que el salga de manera legal, como el primer cubano firmado directamente desde allí'', expresó la fuente. "Otro grupo, también cercano a la cúpula del poder, apoya la idea de que salga a un tercer país y logre la libre agencia. Todavía no hay una decisión al respecto''.
Espera impaciente
Sin embargo, Yulieski se está impacientando y les recordó a las partes involucradas en su caso que el pasado junio cumplió 31 años y que, con el transcurso del tiempo, su valor en un potencial mercado, decrece ante los ojos de Grandes Ligas.
Ciertamente, la apertura de las embajadas en La Habana y Washington el 20 de julio abre un nuevo compás en las relaciones que impacta al béisbol y la manera en que los cubanos accederán a la gran carpa en el futuro.
Pero no queda claro cómo la celeridad de esas relaciones y el papel que tendría el gobierno cubano en los contratos -¿con cuánto se quedaría? ¿jugaría un papel de agente o utilizaría un sistema como el japonés?-, afectarían el caso de Yulieski, quien ya no tiene lazos con la pelota antillana -algo impensable hace poco tiempo- ni con el conjunto de Yokohama en la liga profesional nipona.
Recientemente, Yulieski estuvo en el centro de las especulaciones, cuando renunciara a un contrato de entre $2 y $3 millones con el Yokohama de la Liga Profesional Japonesa.
El segundo de los hermanos Gourriel jugó en 62 partidos con los BayStars con promedio de .305 y 11 jonrones, pero no quiso retornar al circuito oriental alegando el padecimiento de lesiones y cierta "incomprensión'' del club.
Sin rumbo definido
Sin duda, la ausencia de su bate se hizo sentir en la alineación cubana que finalizó con el tercer puesto en los Juegos Panamericanos de Toronto y ahora mismo su valor rondaría entre los $80 y $100 millones, de acuerdo con personas relacionadas a la industria del béisbol.
El caso de su hermano Lourdes Jr. es más complicado, pues a diferencia de Yulieski, el más joven de los Gourriel aún no ha logrado la ruptura de su contrato con el Yokohama y hasta que esto no suceda se verá imposibilitado de iniciar relaciones con franquicias de las Mayores.
Durante su anterior viaje a Estados Unidos, Gourriel padre se reunió de manera informar con algunos evaluadores de talento y todo parece indicar que la familia está unida en apoyo a los deseos de los hijos menores, pero sin querer ningún tipo de ruptura abrupta con las disposiciones del gobierno cubano.
Su hijo mayor, Yuniesky, juega para un conjunto de una liga independiente en Canadá, mientras que Lourdes Jr. se encuentra con la escuadra que asiste al Torneo de los Puertos en Rotterdam, Holanda. Se desconoce si ambos tomarán parte en la venidera Serie Nacional que inicia el 20 de agosto.
Ahora en ciertos círculos cercanos al mercado de la isla se habla de un misterioso "ex pelotero cubano con experiencia en las Mayores'' que estaría tratando de ayudar a los Gourriel a cumplir sus sueños.
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