Casi al año de ser golpeado en la cabeza por una línea que lo pudo haber matado, el taponero cubano de los Rojos, Aroldis Chapman, ya no muestra señal alguna del impacto.
La cicatriz que le dejaron las presillas quirúrgicas está escondida debajo de su pelo. La única indicación de lo que sucedido es un pequeño chichón encima de su ceja izquierda.
"Aunque ustedes no la ven, yo aún la siento", dijo Chapman acerca de la cicatriz.
El 19 de marzo del 2014, en el Surprise Stadium de Arizona, Chapman cayó al suelo cuando la recta de 99 millas por hora que le había tirado al venezolano de los Reales de Kansas City, Salvador Pérez, se convirtió en una línea que lo golpeó en el rostro.
Chapman salió del terreno en camilla, acompañado por su padre, Juan Carlos, y fue trasladado al hospital. El serpentinero requirió de una cirugía al día siguiente para repararle fracturas arriba del ojo izquierdo y en la nariz. Los médicos utilizaron un injerto de metal para estabilizar las lesiones.
Increíblemente, Chapman no solamente se recuperó del todo, sino que tuvo una de sus campañas más dominantes en cinco temporadas como ligamayorista con los Rojos.
El año pasado, el oriundo de Holguín registró promedio de carreas limpias de 2.00 en 54 presentaciones, logró 36 rescates en 38 oportunidades y fue convocado al Juego de Estrellas por tercera campaña consecutiva. También ponchó a 106 bateadores y otorgó 24 boletos en 54 innings para promediar 17.67 ponches por cada nueve innings - un récord de Grandes Ligas -- y se convirtió en el primer pitcher que promedia 100 millas por hora con su recta (100.3 mph) desde que están disponibles los datos de Pitch F/X.
En agosto, Chapman fijó un récord de relevistas de Grandes Ligas al ponchar al menos a un bateador en 49 presentaciones consecutivas, remontando a la temporada del 2013. El récord anterior de 39 juegos al hilo con por lo menos un ponche le pertenecía al Salón de la Fama Bruce Sutter, quien logró la hazaña en 1977.
"Creo que la forma en que se recuperó, además de que volvió y lanzó maravillosamente, nos permitió dejar de recordar a menudo los eventos de aquel juego en Surprise ante los Reales", dijo el capataz de Cincinnati, Bryan Price. "No es que haya pasado al olvido, pero no fue el tema principal. Si hubiera tenido dificultades [al volver]…creo que hubiésemos hablado mucho más al respecto".
Chapman no considera que haya sido un reto recuperarse de sus lesiones y recobrar su forma en el montículo.
"No se me hizo muy difícil, porque creo en mí mismo. Confío en mí", dijo Chapman. "Tuve la confianza suficiente para volver más fuerte que antes. Tengo pensamientos positivos. Mantuve eso conmigo".
A Chapman no solamente lo ayudó su recta. Durante el invierno antes de la temporada del 2014, le había hecho ajustes a su slider de acuerdo con los consejos del dominicano Pedro Martínez. Chapman también había desarrollado sus lanzamientos rompientes con al mejorar el cambio y hallar más comando en todos sus pitcheos.
Desde que volvió a la acción el año pasado, Chapman en ningún momento ha lucido traumatizado por el incidente, el cual tampoco parece afectarlo en la lomita.
"No siento nada", dijo Chapman. "Solamente lo recuerdo cuando ustedes de los medios me lo preguntan".
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