martes, 18 de marzo de 2014

¿Funcionará Yasiel Puig como primer bate?



El deporte cambia de manera gradual, evolucionando lentamente mientras toma pasos pequeños y deliberados junto a acciones, movimientos y estrategias que van apareciendo. Retrocedemos a la década de los ’30, los ’40 y hasta los ’50 y veremos como la mayoría de los lanzadores en ese entonces utilizaban a aquel viejo movimiento con las dos manos antes de lanzar, con los dos brazos del lanzador moviéndose detrás suyo para luego volver a caer delante de su cabeza, un movimiento que generalmente se veía acompañado por la pierna que quedaba adelante moviéndose violentamente hacia el costado. Comparen la manera de lanzar de Bob Feller con la forma tan compacta y eficaz en que la mayoría de los lanzadores lo hacen hoy en día.
¿Quién decidió que el movimiento de molinete en realidad no generaba más poder o que los brazos se muevan más rápido, que un movimiento violento de la pierna en realidad hacía más difícil que un lanzador pueda ser constante en sus movimientos? ¿Quién fue el último tipo en lanzar de esa manera?

Las cosas siguen cambiando aún hoy en día. Hubo más o menos 5000 alineaciones defensivas distintas en el 2013 que las que había en el 2011, y veremos todavía más este año. Receptores como A.J. Ellis no solo están al tanto del valor de reposicionar lanzamientos, sino que también estudian videos y datos de juegos anteriores para descubrir cuáles son sus fortalezas y debilidades en ese aspecto. Managers ya no ordenan tantos toques como antes.

El béisbol cambia pero hay ciertas tradiciones que siguen bien vigentes y se han convertido en verdades. Por ejemplo, el orden de bateo: El jugador rápido va primero, el artista del control con el bate o el bateador “profesional” va segundo, el que posee un promedio alto de bateo va tercero y el que tiene mucho poder va cuarto. Por supuesto que siempre hay excepciones, pero esa es una regla generalizada que se ha cumplido desde la época de John McGraw y Joe McCarthy.

Es por eso que la decisión de los Dodgers de probar con un bateador potente como Yasiel Puig como primer bate es tan intrigante. Esta decisión va en contra del consenso general sobre poner a alguien rápido pero que quizás no tenga mucho poder en ese lugar. Puig es veloz pero posee el tipo de poder que generalmente se ve más adelante en la alineación.

“Nuestra manera de pensar es cuales son los bateadores que queremos que tengan un turno adicional al bate”, dijo Don Mattingly, el actual manager de los Dodgers. “Él es un tipo que todavía no nos ha demostrado que sea capaz de impulsar carreras y nosotros tenemos a varios peloteros que son capaces de hacerlo, así que le conseguimos un turno adicional al bate para mandar una pelota a volar cuando la alineación se da vuelta”.

Este es un argumento que los analistas de estadísticas han dicho por décadas — existe un valor que se traduce en carreras producidas al simplemente conseguirle más turnos al bate a tus mejores bateadores, aún si eso significa que ellos estén ubicados en un puesto poco convencional de la alineación. Cuando Fred Haney estaba a cargo de los Bravos de Milwaukee, él siempre pensaba en la idea de poner a Henry Aaron como primer bate para conseguirle más turnos al bate, pero nunca se animó a poner a su teoría en práctica. Bill Rigney puso a Willie Mays como segundo bate en 45 ocasiones cuando él era el entrenador de los Gigantes en 1959, pero Mays eventualmente regresó a su tercer puesto original en la alineación.
Considerando que los Dodgers no cuentan con un candidato obvio a ser el primer bate del equipo — Dee Gordon es uno de los jugadores más veloces de las mayores pero no ha demostrado ser capaz de ser productivo con el bate en sus manos, mientras que el porcentaje de embase de Carl Crawford es de un mediocre .308 durante las últimas tres temporadas — el insertar a Puig en ese lugar podría llegar a ser una decisión sabia. Hey, un cuadrangular solitario sigue siendo una carrera anotada, y además los Dodgers siguen contando con bateadores poderosos como Hanley Ramírez, Adrián González y Matt Kemp más adelante en la alineación. El contar con Puig como primer bate también le otorga balance al orden de bateo de los Dodgers alternando a diestros y zurdos con Puig, Crawford, Ramírez, González y Kemp.

Puig tuvo 19 jonrones en 104 juegos en el 2013; proyecten a esos números a 150 juegos disputados y él tendría 27 cuadrangulares en su haber. Consideremos el potencial que él tiene para ser todavía más poderoso y estamos ante un primer bate que podría contribuir 30 vuelacercas. Eso ha sido algo hecho en apenas 14 ocasiones — incluyendo a Alfonso Soriano en cuatro de ellas. Soriano todavía es dueño absoluto del record de cuadrangulares obtenidos por un primer bate en una sola temporada con 39 en el 2006. Solamente cinco peloteros en la historia han conseguido al menos 25 jonrones más de una vez como primer bate de su equipo: Soriano cinco veces, Bobby Bonds tres, y Rickey Henderson, Jimmy Rollins y Grady Sizemore dos veces cada uno.

Chone Figgins, quién actualmente está peleando por ser parte de los Dodgers como suplente, alguna vez supo ser uno de los primeros bates más destacados de las Grandes Ligas. Él encajaba como el prototipo más convencional del tipo pequeñito y veloz que le hacía la vida imposible al lanzador, lo desgastaba y luego obtenía boletos gratis. Él no cree que cada primer bate debe conformarse a ese estereotipo. El hecho de que Puig podría llegar a ser un bateador más agresivo (más allá de que su frecuencia de bases por bolas mejoró a medida que avanzaba en su temporada como novato), no significa necesariamente que eso sea algo que no les guste a sus compañeros.

“Los compañeros que batean detrás tuyo en realidad no se preocupan por eso. Ellos están viendo lo que hace el lanzador de todas formas”, dio Figgins. “Esto se trata de una filosofía organizacional sobre qué tipo de bateador están buscando. Algunos equipos preferirán a alguien como Grady Sizemore cuando él estaba jugando en Cleveland, un tipo con más poder que va a robar 20 bases. Luego hay equipos como Seattle con Ichi y conmigo. Todo depende de qué tipo de equipo sea y cuales sean los bateadores detrás del primer bate”.

Figgins dio como ejemplo a la alineación fuerte que había detrás de él en los Angels, así que enbasarse era primordial. Sin embargo, forzar al lanzador a lanzar la mayor cantidad de lanzamientos posibles era su estilo; él no iba a conseguir cuadrangulares de todas maneras. Él no le ha dado ningún consejo a Puig — “Ni siquiera estoy en su equipo”, él dijo — pero él cree que un bateador no debería tener que cambiar su manera de jugar debido a su lugar en el orden de bateo.

Mientras que poner a Puig como primer bate podría llegar a parecer una decisión fácil para Mattingly al considerar cuáles son sus otras opciones, pocos entrenadores buscan poder en su primer bate. Solamente los Atléticos (27), los Marineros (21) y los Rojos (21) obtuvieron al menos 20 cuadrangulares de parte de su primer bate en el 2013, mientras que ocho equipos obtuvieron menos de 10. Solamente tres equipos obtuvieron 20 jonrones o más de parte de su primer bate en el 2012. El 2011 vio a ocho equipos llegar a esa marca de 20 o más, incluyendo a equipos que fueron las excepciones más recientes a la regla y vieron a sus primeros bates tener más de 30 vuelacercas como los Medias Rojas con Jacoby Ellsbury, los Vigilantes con Ian Kinsler y los Cerveceros con Rickie Weeks.

El promedio de cuadrangulares de un primer bate en las Grandes Ligas ha sido de 13 durante las últimas dos temporadas, 14 en el 2011 y de 12 en el 2010. Aún en el 2001, durante el pico de la era de los esteroides cuando prácticamente todos parecían poder mandar la pelota a volar, el promedio de un primer bate en ese entonces seguía siendo de 13 cuadrangulares.

Cuando de Puig se trata, Mattingly ha quedado satisfecho con lo que ha visto de él esta primavera, más allá de que el promedio de bateo de Puig haya sido de apenas .152 hasta ahora. “Él sigue creciendo, y no lo digo como algo malo”, dijo Mattingly. “Ahora él es más maduro. Su rendimiento como jardinero ha sido muy bueno en el sentido de que mantiene la pelota baja y la lanza al lugar correcto. Sus turnos al bate han estado OK esta primavera”.

Por supuesto que, aunque el plan inicial sea que Puig sea el primer bate del equipo, eso no significa que él permanecerá allí. Los entrenadores y los simpatizantes de cada equipo se obsesionan por las alineaciones y sobre quién batea adonde, pero la realidad indica que las lesiones y los bajones en rendimiento fuerzan a los entrenadores a ser flexibles. La gran mayoría de los equipos utilizan a más de 100 alineaciones distintas durante el transcurso de una temporada con distintos peloteros como primer bate. Quizás el bate de Puig lo lleve a estar ubicado más abajo en el orden de bateo, o quizás Crawford rinda lo suficientemente bien como para volver a ser el primer bate angelino (aunque él siempre se sentía más cómodo bateando segundo durante su etapa en Tampa Bay).

O quizás Puig consigue 30 cuadrangulares, anota 120 carreras, los Dodgers ganan la Serie Mundial y él se convierte en aquella figura evolucionaria a la que los equipos de dentro de 10 años apuntan cuando ellos quieran obtener más poder de parte de su primer bate. Después de todo, siempre es lindo conseguir una ventaja de 1-0 inmediatamente.

deportivasmlb@gmail.com 

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