jueves, 23 de abril de 2015

Industriales: La hora de la renovación



Seis derrotas consecutivas en el gran ruedo del béisbol cubano fueron el epílogo de una decepcionante actuación de Industriales. Las luces de la catedral fenecieron inolvidablemente ante la mirada de optimistas eternos. Los días han transcurrido para despejar algunas incógnitas, destronar reinados fallidos y erguir la mirada con la convicción de hacer las cosas mejor.
En medio de la tormenta, un hombre cree en la resurrección, trabaja sin descanso y apenas tiene tiempo para entrevistas. Se llama Arlys Zamora Sanamé, es el Comisionado Provincial de Béisbol en La Habana, y hace un alto entre un diluvio de críticas para conversar con nosotros. El público de la capital lanza rectas difíciles con un montón de interrogantes.
¿Qué estrategias se plantean para recuperar espacio en el béisbol de la capital?
-Ya arrancamos este sábado con la Serie Provincial, que constituye el eslabón principal de la preparación para la Serie Nacional 55. El resultado en la primera categoría fue desfavorable y todos somos responsables porque consideramos que teníamos un equipo para ganar.
“Implementamos un grupo de medidas como el régimen de participación de los atletas contratados, quienes deberán participar en el 100% de los partidos de sus equipos para ser elegibles con vistas a la integración de Industriales.
“Analizamos las principales deficiencias en el desarrollo de la competencia y las focalizamos fundamentalmente en la defensa alrededor de la tercera y el campo corto, además del inadecuado control de los lanzadores. Ese es un factor que continúa golpeándonos. Sobre la base de esas insuficiencias, centraremos la labor de los técnicos.
“Pensamos establecer un gran grupo de trabajo que incluya a nuestros mejores entrenadores. Por ejemplo, José Elósegui fungirá como jefe técnico del área de pitcheo en la Academia porque necesitamos formar de manera más efectiva a los lanzadores”.
Toda la ciudad espera por un pronunciamiento oficial en torno al nuevo mánager azul, se manejan con fuerza los nombres de Javier Méndez, Juan Padilla y Lázaro de la Torre…
-Los tres están vinculados a la Comisión Provincial. Trabajan junto a nosotros y han colaborado con las preparaciones. No te puedo decir todavía quién será el director. En este caso la decisión es colegiada y corresponde a la estructura deportiva y del gobierno en la ciudad. Javier está muy motivado, pero como te dije es parte de un proceso.
Sin embargo, la experiencia en los últimos siete años no ha sido favorable al designar a estrellas del pasado como Germán Mesa y Lázaro Vargas…
-Depositamos la confianza en el nuevo colectivo técnico. Vamos a trabajar de conjunto y el objetivo será realizar una labor con profesionalidad.
¿Tienen pensado reincorporar a los atletas de la capital que se desempeñaron con otros territorios?
-En estos momentos está paralizado el proceso de autorización para que jugadores nuestros jueguen en otras provincias. Estamos valorando la incorporación nuevamente de atletas como Jorge Luis Barcelán, Rigoberto Gómez, Jorge Enrique Alomá, Jorge Tartabull y Alfredo Rodríguez. Ellos tuvieron la oportunidad de jugar y desarrollarse en otros equipos y creemos que nos pueden ayudar mucho en la próxima temporada.
¿Pretenden renovar el equipo con vistas a la Serie Nacional?
-Ese es un asunto difícil. A veces muchos peloteros no entienden cuándo deben marcharse. En nuestro equipo hay algunas figuras veteranas que exhiben buenos resultados, pero si queremos iniciar una nueva etapa de trabajo, debe haber una renovación.
A veces interpretamos un mal resultado en la primera categoría como una deficiente labor en los demás eslabones. Hábleme del béisbol en la pirámide de alto rendimiento.
-La Habana fue la provincia de mejor resultado integral en el béisbol el pasado año. Ganamos la categoría juvenil y obtuvimos buenos resultados en los escolares. En este 2015 vamos por buen camino. Clasificamos para la final en el sub-15 y en el sub-18. Los juveniles otra vez tienen el reto de ganar el torneo, aunque tenemos en Ciego de Ávila a un rival fuerte. El sub-15 también posee opciones de obtener una medalla. Pienso que el futuro de la pelota en la capital no será un problema porque hemos logrado masificarlo desde las edades tempranas.

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Ay, béisbol en Cuba… ¡qué difícil lo que te toca!



Es verdaderamente doloroso ver hoy el béisbol en Cuba; sobre todo para una generación como la mía, que creció bajo la emoción de ver a Lázaro Junco derribar el récord de jonrones del gigante Antonio Muñoz, a Jorge Luis Valdés pasar al gran Braudilio Vinent en victorias en Series Nacionales, a Villa Clara ganar tres cetros seguidos para ser parados en seco por unos Industriales que se rehusaron que alguien más tocara su preciada cadena, a tres toleteros en Orestes Kindelán, Omar Linares y el propio Junco llegar a 400 bambinazos. A diferencia de aquellos tiempos, en que había menos que hoy, el béisbol está actualmente en una situación más que difícil.
Mi generación vio cosas geniales y funestas: vimos cómo se ganaban dos títulos olímpicos y también vimos cómo un equipo universitario de Estados Unidos barría a una escuadra prácticamente invencible como la cubana en cuatro partidos celebrados en Millington. Seguimos con pasión la cadena de 37 juegos consecutivos bateando de hit de Rey Isaac y también vimos como el Orlando “El Duque” Hernández le apagaba la noche para ponerle fin a su sueño. Disfrutamos los dos partidos contra los Baltimore Orioles y lloramos desconsolados cuando la muerte implacable decidió arrebatarnos a Miguel Caldés.
Vimos cómo Cuba pasó casi diez años consecutivos sin conocer la derrota en torneos internacionales oficiales, y también observamos cómo se nos escapaban uno a uno René Arocha, Liván Hernández, su hermano El Duque, Osvaldo Fernández, Rolando Arrojo, José Ariel Contreras y TODOS los que vinieron después.
Fuimos testigos de la debacle del béisbol cubano, iniciada luego del retiro masivo de figuras como Orestes Kindelán, Omar Linares, Antonio Pacheco, Germán Mesa, Luis Ulacia… y se confirmó después de lo que sería tal vez su momento más brillante (el Clásico Mundial de Béisbol de 2006), cuando comenzaron a marcharse los peloteros como nómadas en busca de agua, y los títulos internacionales comenzaron a ser exhibidos en las vitrinas de otros.
Perdiendo terreno…
Pero tal vez lo peor de todo es que el béisbol hoy se escapa de la preferencia de la gente, atiborrada con sobredosis de fútbol de alta calidad que si bien hoy sufre de la adulteración de la narración cubana (con todo respeto para Renier González y Sergio Ortega, nuestros dos mejores exponentes), en algún momento fue ofrecido en directo con las voces de Luis Omar Tapia y Diego Balado, o sea, producto puro, limpio y de calidad. Sin embargo, el poco béisbol de Grandes Ligas que puede verse hoy en la televisión cubana, cuenta, además de las infames y arcaicas mutilaciones, con una narración que todo lo que hace es repetir una y otra vez datos de los jugadores que vienen al bate (los mismos datos, cada vez que comparecen).
Todo esto si no contamos lo que sucede con los equipos de Grandes Ligas donde juegan los cubanos, pues en estos casos los partidos son mutilados —creo que ahí subyace una de las razones por las cuales no podemos verlos en vivo— y apenas se hace mención a los nacidos en la Isla, como si el simple hecho de que estén triunfando en la MLB, y brillando A PESAR DE TODO no fuese un motivo para sentir ese orgullo de cubano.
Es lógico que las nuevas generaciones prefieran entonces al fútbol, un deporte que pueden disfrutar sin que la cruel navaja de la censura les prive de jugadas o hechos que podrían erizarle la piel.
No vimos nunca, por ejemplo, el espectacularísimo juego de cero-hit-cero-carrera lanzado por Clayton Kershaw el pasado año, ni si quiera en la modalidad de recap, porque Yasiel Puig estaba en ese partido. Vemos además como el volumen master de TeleSur baja en los telerreceptores cubanos cuando surge la posibilidad de que aparezca el nombre de Puig, Aroldis Chapman, Yoenis Céspedes, Alexander Guerrero, José Dariel Abreu, Alexei Ramírez o el de cualquier otro (hace un par de años era fácil mencionarlos a todos en una línea, ahora se necesita un párrafo solamente para los nombres).
Será muy difícil reconquistar la pasión de la gente mientras no puedan ver a los peloteros de su país en el mejor béisbol del mundo.
Más los problemas internos…
Todas las ligas tienen problemas internos, muchos de los cuales salen a la palestra pública, no para que la gente ofrezca una solución, ni para que se den banquete, sino por el simple hecho de que cada uno de ellos puede tener una repercusión que cambie por siempre el curso de la liga o la federación. La nuestra no deja de tenerlos, pero el velo del secretismo se despliega sobre ellos como un fantasma en una casa embrujada.
Entonces, suceden las cosas y la gente se pregunta qué pasó, o aparece un garganta profunda (aka Alfonso Urquiola) y sin decir mucho anuncia “corrupción” o “inmoralidades”, y luego, más silencio. Así, desaparece además el contrato millonario que tenía Yulieski Gourriel con los Yokohama DeNA BaysStars de la Nippon Professional Baseball, de manera abrupta, y en un hecho cargado de irregularidades y no de “transparencia” como declaró la Federación Cubana de Béisbol. Los rumores van desde un simple desinterés del jugador hasta un contrato multimillonario con los New York Yankees de las Grandes Ligas, pero no se sabe nada más que de su lesión (de la cual ya está recuperado).
Podría hablarse solamente de rumores infundados, pero los hechos están allí y hablan por sí solos: no todos los jugadores, o managers o árbitros reciben el mismo tratamiento o la misma pena por una infracción similar. A unos les cuesta una metedura de pata más caro que a otros, y todos en Cuba lo saben, por eso algunos se miden en demasía (temiendo sufrir el puño de la “ley”) y otros evidentemente se extralimitan con total impunidad.
Por otro lado, el sistema de contratación, sobre el que muchos se crearon grandes expectativas, se ha visto aún lento, aunque la contratación de Yunieski Gourriel, Alexei Bell, Yordán Manduley e Ismel Jiménez por parte de los Capitales de Quebec mostró un proceso un poco más ágil. No obstante, quedan numerosas lagunas en los procedimientos, y todo parece indicar que quienes sean contratados o no parte de una decisión de la Federación Cubana de Béisbol, que se encarga de poner en el avión a quien consideren que se lo merece (ojo, todos los peloteros que han sido contratados se lo merecían, de hecho, todos los que no han sido contratados, también).
Pero tal vez lo que más daño hace es precisamente el misterio y la falta de información en cuanto a cómo se gestan las cosas, además de las deficiencias —más allá de lo deportivo— que imperan en la Serie Nacional de Béisbol: total desorden en cuanto a las fechas, poco ajuste a lo que se determina de un inicio y decenas de miles de improvisaciones durante el desarrollo de la campaña nacional, eso sin contar con que ha habido al menos cuatro estructuras y formatos en los últimos veinte años.
Y del amor por el béisbol, ¿qué?
La gente va perdiendo la emoción con el béisbol, a pesar de que es verdad que en los play off siempre pasa algo que parece rescatarla, sea el incentivo de que Ciego de Ávila discutiera el cetro, o que Matanzas estuviera en la final, o que La Isla hiciera la hombrada. Pero esas pasiones se antojan efímeras, tienen el tiempo de vida de siete juegos, los días de descanso y traslado intermedio y el tiempo que se demore en llegar el equipo que terminó en la carretera (sobre todo si ganó) a su tierra. El aficionado cubano discute solamente cuando sucede algo trascendental —muestra de que sí, la pasión aún vive— y es muy difícil que el cubano, el manager más multifacético de todos los fanáticos del planeta, no tenga criterio sobre algo que pasó, aunque no lo haya visto. Pero poco a poco van cambiando de canal, o prefieren escuchar el derby de la Liga Española de fútbol por la radio, o incluso optan por pagar hasta dos dólares para poder disfrutar del partido en vivo, mientras nuestros peloteros, sudados, al sol, juegan a grada vacía o prácticamente vacía, contra un público ferviente amante del béisbol, leal seguidor del equipo, aburrido y sin más nada que hacer, o simplemente apostador.
Atrás han quedado los años del jonrón de Ty Griffin contra Taty Valdés y el de Lourdes Gourriel contra Jim Abbot; los tiempos de la estelar demostración de José Ariel Contreras contra Estados Unidos o la blanqueada de Ben Sheets sobre Cuba. En la memoria han quedado las glorias de las victorias cerradas y espectaculares en el juego bueno, siguiendo derrotas en etapas preliminares contra los mismos equipos. En el pasado ha quedado la emoción de la gente por un triunfo en un difícil e inhóspito torneo internacional o por un play off Industriales-Santiago de Cuba.
Ahora lo que emociona a las nuevas generaciones es cuántos goles tiene Lionel Messi o si Cristiano Ronaldo se quita o no la camiseta después de anotar un tanto —la rivalidad entre ambos y entre el Real Madrid y el FC Barcelona paraliza totalmente a Cuba entera. ¿Puede acaso alguien culparlos? Estamos seguros de que igualmente se paralizaría el país para ver lanzar en vivo a Aroldis Chapman o a Odrisamer Despaigne, para ver cada turno al bate de Yasiel Puig o José Dariel Abreu; como mismo sucedía en Japón cuando la Nomomanía irrumpió en el archipiélago del Sol Naciente (Hideo Nomo fue considerado un traidor en Japón inicialmente al retirarse y firmar con los Dodgers) o cuando Ichiro Suzuki hizo que se transmitieran en vivo partidos de la MLB, llevando hasta al Primer Ministro nipón a decir que Ichiro le hacía sentirse orgulloso de ser japonés.
Difícil la tiene el béisbol para volver a conquistar el corazón de la gente, vencer los miles de fantasmas que lo acosan y volver al lugar que le toca y donde ha debido siempre estar… a pesar de que, en el fondo (y espero que un día descubramos que es verdad, y que no sea demasiado tarde), nunca se haya ido.
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Casi 90 beisbolistas cubanos desertaron en 13 años


Casi 90 peloteros de los cuatro equipos emblemáticos del béisbol cubano desertaron desde el 2002 a la fecha, reveló la revista especializada mensual online Playoff, citando los nombres de todos los emigrados.
"Las deserciones se han cebado más en esos cuatro equipos -Pinar del Río, Industriales, Villa Clara y Santiago de Cuba- que en el resto, hasta el punto de convertirlos en fecundas sucursales para los diferentes niveles de las organizaciones profesionales norteamericanas", dijo Playoff (www.playoffmagazine.com), dedicada al deporte cubano pero editada en Valencia, España.
Bajo el título "Los que se fueron", la publicación mensual citó los nombres de los 84 jugadores de los llamados 'cuatro grandes' que abandonaron la isla, entre los que figuran los grandes ligas Alexei Ramírez, Kendry Morales, José Ariel Contreras, Yunel Escobar, Adeiny Echevarría y Dayán Viciedo.
Playoff consideró que esa ola de deserciones determinó que las cuatro novenas insignes de la pelota cubana quedaran por primera vez fuera de la postemporada en el campeonato local y destacó que Industriales, de La Habana, ha sido la más golpeada, al perder 44 jugadores.
La revista recordó que últimamente se han "sumado al tren" de las deserciones beisbolistas de otras provincias como Guantánamo, Isla de la Juventud, Las Tunas y Cienfuegos, está última la tierra natal de los astros de grandes ligas José Abreu y Yasiel Puig.
"No obstante, los cuatro grandes siguen siendo líderes, también, en materia de pérdida de peloteros...Pinar, Industriales, Villa Clara y Santiago se quedaron porque se les quedaron", ironizó.
Playoff recordó que "desde que el capitalino René Arocha abandonó el equipo (de Cuba) en el aeropuerto de Miami, casi veinticinco años atrás, centenares de peloteros cubanos han intentado hacer carrera en el Big Show (Grandes Ligas)", tras fugarse de la isla "desertando, haciéndose a la mar o mediante trámites legales".
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martes, 21 de abril de 2015

LA ESTAMPIDA DE LOS MANAGER DEL BEISBOL CUBANO


LAS FUERTES DECLARACIONES DE ALFONZO URQUIOLA, MANGER DE PINAR DEL RIO Y MUCHAS VECES DEL EQUIPO CUBA, DENUNCIANDO LA CORRUPCIÓN DENTRO DEL BÉISBOL REVOLUCIONARIO HAN CONMOCIONADO A TODOS LOS AMANTES DEL BÉISBOL EN LA ISLA.
EN ESTE ARTICULO, MI HERMANO Y AMIGO LEON PADRON AZCUY  DESCRIBE -SÓLO UNA PARTE- DE LO QUE ALFONZO DECLARÓ A MICHEL CONTRERAS, PERIODISTA OFICILISTA DE CUBADEBATE, QUIEN NO TUVO EL VALOR DE PUBLICAR LAS CONFIDENCIAS  DEL PRESTIGIOSO MANAGER.


León Padrón Azcuy, La Habana martes 14 de abril del 2015

A la sorprendente lista de los directores de equipos que ya no estarán al frente de sus respectivas nóminas de cara a la próxima temporada de la Serie Nacional de Béisbol, se une el conocido “Zorro de los Dugouts, Alfonzo Urquiola Crespo, considerado por los entendidos de este deporte en la Isla, como el mejor manager cubano de estos tiempos.

Ya se conocía a través de algunas emisoras provinciales de radio la divulgación -sin entrar en detalles ni razones- del cese en sus funciones de Rigoberto Madera (en Mayabeque), Lázaro Vargas (en Industriales), Yosvany Aragón (en Santi Espíritu), Ramón Moré (en Villa Clara), Irochi Baltuti (en Holguín), Esteban Lombillo (en Camagüey), y Luis Danilo Larduet en Santiago de Cuba.

Presumiblemente se puede entender que la medida se aplica debido al bajo rendimiento del beisbol en algunas de estas provincias, o a las incongruencias y malas decisiones que dieron al traste con el resultado esperado en otras. Pero, ¿Serán éstas las verdaderas razones por lo que se prescinde de tantos directores a la vez? ¿Quién dudaría en nuestro beisbol de la profesionalidad, la maestría, y experiencia probada que poseen para dirigir Esteban Lombillo y Ramón Moré, por solo mencionar dos de los mejores?  

Todo sabemos la falta de libertad de expresión que viven los cubanos, por lo que se hace casi imposible obtener cualquier declaración de algunos de estos managers que, por una razón u otra ya no dirigirán, y sin que nadie ofrezca explicación alguna. Por tanto, la reciente renuncia y posteriores declaraciones, salidas de un caballero tan prestigioso y valiente dentro de la pelota cubana como lo es Alfonso Urquiola, nos viene a confirmar lo que no han dicho los forzados renunciantes a dirigir, y es que nuestro deporte nacional va desde hace rato con rumbo al colapso definitivo.

 Las palabras de Urquiola, publicadas en el blog Zona de Strike, y extraídas de un video distribuido a través del paquete de la semana, han tenido una amplia repercusión dentro de los aficionados de Pinar del Rio y de la capital habanera. “No dirijo más pelota en la serie nacional hasta que la corrupción y las inmoralidades no acaben dentro del beisbol de la Isla” señaló el relámpago de Bahía Honda entre otras cosas, y agregó que mientras a unos se les sanciona por hacer algo, a otros, por las mismas razones no les pasa nada. “En una ocasión teníamos en el dugouts un invitado que no era jugador y tenía el abrigo verde de Pinar, y el árbitro ordenó sacarlo, sin embargo a Yuliesky Gurriell se le vio en el banco de los Industriales con la gorra de los Yanki de Nueva York y no pasó nada”.

El caso más evidente de corrupción dentro de la Pelota cubana es el de Víctor Mesa. El manager de la vetusta dictadura que perdura, cambia y maltrata a los peloteros a su antojo, mantiene dos carga-bates en el equipo, contrata brujeros y los sienta en el banco, se burla de los árbitros, reparte prebendas a diestra y siniestra (según su conveniencia), junto a su hijo exhibe el mismo número 32 en el uniforme, y hasta llega a movilizar grandes recursos financieros en función del conjunto de Matanzas, cosa que el resto de los equipos no pueden hacer.  Toda esta manipulación el gobierno la aplaude. Tal es el apoyo que recibe Víctor Mesa que gane o pierda, seguirá con las riendas de la Selección Nacional por los próximos cuatro años (“o quién sabe si indefinidamente”).    

Finalmente, y a propósito de las valientes declaraciones de Urquiola, no es la primera vez que una figura importante del beisbol cubano se refiere a la corrupción imperante.  Y para citar un ejemplo: Cesar Valdés, quien fuera hace unos años el jefe de arbitraje, y el mejor de los árbitros, en una carta dirigida a la Comisión Nacional, denunció también la corrupción, el nepotismo y la falta de preparación técnica de algunos funcionarios dentro de la dirección del Beisbol en Cuba.

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martes, 7 de abril de 2015

Yokahoma cancela contrato con Yulieski Gourriel



“Gourriel no entiende bien lo que es un contrato”, declaró Shigeru Takada, Gerente General del club nipón Bay Stars
El club Yokahoma DeNA Bay Stars, de la Nippon Professional Baseball (NPB), canceló este jueves su contrato con la estrella cubana Youlieski Gourriel Castillo, con quien había negociado una segunda temporada por unos tres millones de dólares.
Shigeru Takada, Gerente General del club nipón, declaró que “la organización puso fin a su contrato con Yulieski Gourriel porque no estaban seguros cuando iba a llegar” al país asiático, según divulgaron medios de prensa japoneses.
Estaba previsto que Yulieski se incorporara a la Liga Japonesa el 26 de marzo, al término de su incursión con Industriales en la campaña beisbolera cubana, pero una lesión impidió que esto ocurriera.
“No estábamos seguros de cuándo iba a venir. Dijo que quería jugar para Yokohama, pero después de que se pusiera mejor. Se estableció contacto con él y dijimos que íbamos a terminar el contrato. El gobierno cubano también aceptó nuestra decisión”, aseguró Takada a los medios locales.
Según Takada el Bay Stars envió un representante a Cuba el pasado día 28 para “para ver si podían resolver algo”, sin embargo no pudieron estar en contacto con el infielders criollo en esta jornada, cuando se llegó al acuerdo de prescindir de sus servicios.
Hasta estos moementos la parte cubana no ha emitido ninguna declaración oficial al respecto.
En su primera incursión en la NPB Yulieski dejó 305 de average ofensivo, con 33 extrabases (22-0-11) y 536 de slugging durante 62 partidos.
Además, anotó 46 carreras, impulsó 30, recibió 15 boletos, se tomó 40 ponches, robó tres bases en igual cantidad de intentos, le dieron dos pelotazos y acumuló un por ciento de embazado de 349.
Al campo –el antesalista y segunda base- cometió seis errores y se desempeñó preferentemente en la segunda almohadilla, aunque también defendió la tercera, su posición tradicional en Cuba.
Yulieski, junto a los jardineros Frederich Cepeda Cruz y Alfredo Despaigne Rodríguez y el lanzador Héctor Mendoza Ripoll, habían logrado renovar sus contratos de la pasada temporada en la NPB.
Cepeda Cruz ya juega con los Gigantes de Yomiuri, Despaigne Rodríguez debe incorporarse al Chiba Lotte Marines el día 16 de este mes y Mendoza Ripoll tendrá que esperar que su equipo Isla de la Juventud discuta el título de la 54 Serie Nacional para sumarse a los Gigantes.
Además, el Yokahoma adquirió a Lourdes Yunielki Gourriel Castillo, en una negociación pactada por dos años y unos 300 mil dólares por cada una de estas.
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